En la clínica las restricciones de las primeras visitas pueden ayudar a que decida si quiere o no recibirlas. Ha pasado por unas horas de trabajo de parto, de emociones y nerviosismo. Pueden suceder dos cosas o está muy cansada y sólo quiere estar al lado de su pareja y bebé o, por el contrario, quiere mostrarlo a todo el mundo sin esperar un minuto más.
Lo mejor para su tranquilidad es que pueda elegir y planear la forma de recibir visitas al bebé, siendo clara de manera respetuosa, incluso antes de su nacimiento.
De todas maneras, los médicos no aconsejan recibir tantas visitas pues el bebé también está cambiando su "mundo" y para él, por lo menos las primeras 24 horas, deben ser de tranquilidad.
¿Qué pasará?
Cuando el bebé nace usted estará experimentando ser mamá (por primera vez o demás) y no va a querer dejar de verlo, acariciarlo y tenerlo a su lado.
La lactancia es un momento importante pues no solamente es darle alimento sino darle la seguridad al bebé cuando siente a su mamá, su olor y piel.
Es importante que los primeros minutos y horas con el papá y la mamá sean de contacto físico y emocional que le proporcionan tranquilidad y favorecen la lactancia. Por eso aproveche las experiencias de baño, cambios de pañal y ropa.
En casa
Se recomienda que toda visita se lave muy bien las manos antes de ver al bebé y de alzarlo o tocarlo. Quién esté enfermo así sea de un leve resfriado deberá resignarse a conocer al pequeño cuando los síntomas hayan desaparecido totalmente.
Finalmente, aproveche la tecnología, informe por correo electrónico sus deseos y recomendaciones del médico para que sus familiares, impacientes por visitar al bebé, entiendan y respeten sus sugerencias.
¡De ahora en adelante los momentos en casa serán grandiosos con su bebé y las primeras visitas de quienes harán parte de su vida afectiva!
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